Las praderas de algas Gelidium de la costa vasca, en grave declive por el cambio climático

REDACCIÓN BBN

La subida de la temperatura del agua, el aumento de la radiación solar, la disminución de nutrientes y los grandes temporales, son las principales causas de que en los últimos años se esté produciendo en la costa vasca un considerable descenso en las poblaciones del alga roja Gelidium corneum. Según los datos recogidos por el Grupo de Investigación Bentos Marino de la UPV/EHU, dirigido por José María Gorostiaga, del Departamento de Biología Vegetal y Ecología, la presencia de esta alga en numerosas localidades del litoral vasco se ha reducido a la mitad y en los casos más extremos ha pasado de un 80% a un 5%.

“Se están dando cambios dramáticos en nuestro paisaje submarino; donde antes había extensas praderas de algas, ahora hay amplios espacios de apariencia desértica. Estamos sufriendo una importante pérdida de productividad que, además de afectar a la biodiversidad marina, tiene consecuencias negativas en el ámbito visual, paisajístico e, incluso, cultural”, asegura Gorostiaga.

Este retroceso de la biomasa del alga Gelidium en la costa vasca no se puede parar, aunque sí aminorar, tomando las medidas necesarias parar frenar el cambio climático. De todas formas, en opinión de José María Gorostiaga, “el daño ya está hecho, porque las últimas estimaciones aseguran que la inercia del cambio climático es imparable, ya que suponiendo que se reduzcan las emisiones como medida correctora, se espera, como mal menor, que a finales de este siglo la temperatura del aire haya aumentado en 2º ó 2,5º C. Y si no se toman medidas suficientes, el aumento sería de unos 4,5ºC”

Llegados a este punto, los investigadores aseguran que lo importante ahora es mantener las funciones del ecosistema y la diversidad biológica de la costa vasca en su sentido global, independientemente de las especies que permanezcan o que desaparezcan. Para ello, es imprescindible continuar con las investigaciones para conocer los procesos de pérdida y de sustitución de unas especies por otras y cuantificar las pérdidas que eso conlleva en términos de los bienes y servicios ecosistémicos que las macroalgas proporcionan a la sociedad, así como la evaluación de medidas de mitigación y restauración.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *