¿Qué se ha conseguido con la Ley para la Igualdad?

REDACCIÓN BBN

Se cumplen diez años desde que el Parlamento vasco aprobó la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres. Su aprobación supuso un hito en el avance de las políticas de igualdad, pero una década después el panorama sigue presentando carencias estructurales. De ello es consciente la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, que apunta que «aún hay mucho camino por recorrer», si bien destaca el trabajo «de muchas personas, instituciones, asociaciones y entidades» que han ido dando pasos firmes hacia el blindaje de las políticas de igualdad.

Landaida reconoce que “la Ley supuso un antes y un después en muchos aspectos relacionados con la igualdad». Las mujeres comenzaron a tener presencia en los ámbitos de decisión políticos: «pasaron de su infra representación a una representación equilibrada de mujeres y hombres en el Parlamento vasco, las Juntas generales, en los máximos órganos de gobierno de los ejecutivos autonómicos y forales o provinciales y en las concejalías de las administraciones locales”.

La directora de Emakunde, Izaskun Landaida. FOTO: Emakunde
La directora de Emakunde, Izaskun Landaida. FOTO: Emakunde

Los logros

En una década, la Ley ha propiciado un importante incremento de las estructuras especializadas para el impulso de la igualdad. Antes de su aprobación sólo existía Emakunde. Hoy en día existen también unidades de igualdad en todos los departamentos, además de en las agencias vascas de empleo y cooperación al desarrollo.

Se ha producido, igualmente, un incremento del personal del Gobierno vasco dedicado a la igualdad en su conjunto del 142%, y un aumento de la capacitación del personal de la administración en relación a la igualdad: todos los puestos técnicos especializados en el Gobierno vasco han pasado a tener un requisito de conocimiento específico en materia de igualdad, y se ha pasado a impartir formación en igualdad de forma permanente, sistemática y estructurada en el marco del Plan de formación en Igualdad 2008-2018 que gestiona el IVAP.

A ello hay que sumar el importante incremento de las estructuras para la coordinación y cooperación interinstitucional y el significativo aumento de los planes de igualdad: antes de la aprobación de la Ley la administración autonómica, las administraciones forales y el 15% de las administraciones locales disponían del plan de igualdad, y tras su aprobación, disponen de plan de igualdad todos los departamentos del Gobierno vasco y el 42% de las administraciones locales, que aglutinan casi el 90% de la población de la CAV, según los datos facilitados por Emakunde.

Entre otros logros, están la mejora notable del lenguaje que usan los poderes públicos en su relación con la ciudadanía, más inclusivo e igualitario; la inclusión de la variable sexo en las estadísticas; la sistematización de las evaluaciones de impacto de género de las normas que elabora el Gobierno; la inclusión de cláusulas de igualdad en los contratos y subvenciones; la creación de un servicio de defensa de la ciudadanía ante discriminaciones por razón de sexo; y la creación de herramientas para mejorar la protección y bienestar de las mujeres víctimas de la violencia.

Brecha salarial

Las diferencias salariales entre mujeres y hombres siguen siendo abismales en favor de los segundos. Desde Emakunde consideran que «la segregación ocupacional es uno de los factores que se encuentra en el origen de este tipo de discriminación; la segregación horizontal y vertical que persiste en todo el mundo relega a las mujeres a determinados tipos de trabajo o les impide ocupar posiciones de liderazgo». Fruto de esta segregación «existen los empleos considerados femeninos, que se remuneran peor». Además, hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones las mujeres tienen que aceptar ocupaciones de mayor flexibilidad laboral para equilibrar las necesidades del trabajo y la familia, lo que contribuye a la citada segregación laboral. En consecuencia, existe en todo el mundo una representación excesiva de las mujeres en trabajos de tiempo parcial. Concretamente, en Euskadi el 85,3% del trabajo a tiempo parcial es desarrollado por las mujeres.

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