LIBE MIMENZA CASTILLO – BBN
Oihane Ituarte Lauzirika (Kortezubi, 1989) salió por primera vez de Busturialdea para establecer su residencia en Vitoria-Gasteiz y acudir a la Universidad para cursar la Diplomatura en Trabajo Social. Posteriormente, realizó un Máster en participación y desarrollo comunitario y, desde hace nueve meses, sigue con sus estudios de Derecho (en una universidad a distancia) en los Estados Unidos. En un pueblo cerca de Washington, trabaja cuidando niños mientras se sumerge de lleno con el inglés. «Me he amoldado con bastante facilidad a su forma de vida», asegura en esta entrevista.
¿Cuánto tiempo llevas en Estados Unidos?
Llegué el 1 de mayo del año pasado, hace ya casi 10 meses. Vivo en Bethesda, un pueblo situado a las afueras de Washington D.C. Me gusta mucho el pueblo porque tiene como dos partes muy diferentes. Una es más estilo pueblo pequeño, con sus tiendas y sus restaurantes, y luego está la parte que es más como ciudad, con la calle principal, las oficinas… La verdad es que estoy muy bien localizada. Estoy de Washington D.C. a 20 minutos en metro y normalmente suelo ir al pueblo andando.
¿Cómo es el carácter y la forma de ser de la gente de allí?
Aquí la imagen es muy importante. En el sentido de ser respetuoso, agradable, decir siempre por favor, gracias… ese tipo de cosas. Son bastante reservados con sus vidas privadas. No existe el sentimiento de comunidad que puede haber ahí; no conocen a sus vecinos, no tienen relación con ellos. Al menos donde yo vivo. Pero admiro la tolerancia que demuestran hacia otras culturas, religiones… han aprendido a convivir de manera muy positiva.
¿Cómo has acabado allí?
Pues la verdad es que siempre he querido vivir una experiencia semejante. Quizá no la de ser au pair, ya que hasta hace unos meses antes de venir no sabía ni que algo así existía. Pero siempre he querido viajar, conocer mundo. Y esta oportunidad realmente te permite vivir en otra cultura, en otro país, un continente diferente. También tienes la opción de elegir si te quieres quedar más cerquita de casa, por ejemplo, en Irlanda. Pero yo siempre he tenido curiosidad por venir a los Estados Unidos, y ver si realmente las películas se ajustan a la realidad (risas).
¿Qué te movió a irte?
Lo que te motiva a irte es un poco todo. La situación laboral ahí realmente es un problema para los jóvenes, por lo que intentas buscar otras alternativas. Venir aquí supone mejorar el inglés, y a su vez, intentar complementar el curriculum con otro tipo de experiencia. A parte de lo que se gana en independencia, en aprender a valerse por una misma y a abrir la mente a situaciones, personas y lugares que nunca antes pensaste vivir. La opción de continuar mi grado de derecho desde aquí también ayudó a que la decisión fuese más fácil.
¿Cómo fueron los primeros meses tras tu llegada?
La verdad es que me fue menos duro de lo esperado. Venía con muchas ganas y lo que me encontré aquí no me decepcionó. Tuve buena química con la familia con la que convivo, con los niños que cuido; también con el resto de au pairs. También tengo que decir que en mi mismo pueblo vivían otras dos chicas euskaldunes que me ayudaron a aclimatarme. Hay gente que realmente ha tenido malas experiencias viniendo como yo, pero definitivamente no es mi caso. Quizá lo más duro es el idioma. Aunque sepas lo suficiente como para hablar con los niños y la familia, hay situaciones en las que te sientes un poco perdida. Por ejemplo, ir a abrir una cuenta al banco se convierte en toda una aventura (risas). Pero, al final, te vas haciendo sin darte cuenta, hasta que te das cuenta de que en inglés te resulta hasta más fácil.
Me imagino que estás en Estados Unidos por motivos laborales ¿dónde trabajas?
Soy au pair. Consiste en vivir con una familia estadounidense y hacerte cargo de los niños. Es como hacerse cargo de los hermanos pequeños. Yo cuido de dos niños de 8 y 11 años. Básicamente, los llevo a la escuela, les hago el desayuno y la cena, les ayudo con los deberes… No lo vives como un trabajo real porque convives con ellos y la relación va más allá de lo laboral.
¿Están bien valorados los profesionales de tu sector allí?
La verdad que las au pairs nos estamos convirtiendo en una plaga (risas). Cada vez más gente está optando por esta opción. Contratar niñeras aquí es muy caro para las familias, por lo que muchos optan por tener au pairs.
¿Cómo es tu día a día?
Los horarios en días de clase son bastante similares todas las semanas. Me levanto a eso de las 07.15h de la mañana, llevo al mayor a la escuela y vuelvo a casa. Preparo el desayuno del pequeño y le llevo a clase. Después, tengo libre hasta las tres. Les recojo de la escuela a cada uno en su hora. Siempre tienen actividades y deberes después de clase que les mantienen ocupados hasta la hora de la cena. Les preparo la cena y cuando los padres llegan a casa a eso de las 20.00h termino mi jornada. Después me voy al gimnasio o hago algo con los amigos. Los fines de semana normalmente no trabajo, por lo que tengo tiempo libre para mí.
¿Hablabas el idioma antes de irte o lo estás aprendiendo ahora?
Un poco de ambos, la verdad. Desde pequeña he ido a una academia para estudiar inglés. Lo dejé al irme a estudiar a la universidad. Cuando llegué aquí era capaz de sobrellevar el día a día, pero con dificultades en muchas situaciones. El semestre pasado me apunté al college para recibir clases de inglés, que me ayudaron a refrescar lo que había aprendido en todos los años de academia. Vivir con una familia americana ayuda mucho también, porque hablar en inglés todos los días es una obligación. He aprendido muchísimo aquí y he conseguido aprender lo suficiente para desenvolverme sin problema en cualquier situación. Aún así me queda mucho camino por recorrer y mucho que mejorar.
¿Qué haces en tu tiempo libre?
Normalmente utilizo mi tiempo libre para desconectar, intentar hacer un poco de turismo cuando se puede, estar con los amigos, ir al gimnasio, estudiar… Cualquier plan que no suponga seguir cuidando niños (risas).
¿Qué es lo que más te gusta de allí?
No sabría decirte con exactitud que es lo que más me gusta de vivir aquí. Me he amoldado con bastante facilidad a su forma de vida. Quizá la oportunidad de conocer gente muy diferente de muchas nacionalidades diferentes. Al ser yo de un pueblo pequeño, no existe tal diversidad y es algo que realmente te ayuda a abrir la mente y darte cuenta de todo lo que el mundo te puede ofrecer.
¿Has hecho muchos amigos autóctonos o te sueles juntar con gente de aquí?
Un poco de todo. Tengo amigos americanos y tengo amigos de otras muchas nacionalidades. Es verdad que al llegar aquí, tendemos a juntarnos con gente que hable castellano. Pero después de un tiempo te das cuenta, que sin querer tienes relación con todo tipo de gente. Es gracioso que cuando llegué aquí y me junte con dos chicas euskaldunes, me dijeron que lo peor que podía hacer era juntarme con gente que hablase castellano o euskera en este caso. Ahora soy yo la que da el mismo consejo.
¿Qué planes futuros tienes?
Pues hace poquito extendí mi programa de au pair con la misma familia con la que vivo ahora, para quedarme otro año. Así que ese es mi futuro próximo. Seguiré con mis estudios de derecho y estudiando inglés. Y lo que venga después, ya se verá.
¿Qué es lo que más añoras de tu tierra?
Las comidas de amuma y a Lai, mi perro (risas). También vivir cerca de la costa. Aquí tengo que conducir como tres horas para ir a la playa. Eso sí, en el día a día te centras en la rutina por lo que realmente no te paras a pensar en ello. Con la familia hablo por skype y por whatsapp, así que es mucho más llevadero. En fechas significativas como navidad o cumpleaños es cuando te das cuenta de que realmente estás muy lejos.