Belén Gopegui: «Los logros personales debieran ser tan compartidos como los fracasos personales»

 

GAIZKA ESPARZA

La novelista y guionista Belen Gopegui (Madrid, 1963), nos obliga a revisar nuestra escala de valores y a reinterpretar nuestra labor como ciudadanos en su nuevo libro El comité de la noche (Penguin Random House, 2014). Se trata de un thriller social en el que nos cuenta la historia de dos mujeres que deciden luchar para hacer de este mundo un lugar más justo. Lucha social sobre la que sabe mucho esta reconocida autora, que hace poco visitaba Bilbao para participar en una una charla sobre escritura y compromiso, junto al también escritor Harkaitz Cano. Visita que aprovechamos para poder charlar con ella.

Belen-Gopegui

Carla, una de las protagonistas, trabaja en una empresa de hemoderivados en Bratislava, donde por medios ilegales, se presiona para lograr la privatización de la sangre donada. Multinacionales que ejercen de vampiros de la sociedad ¿Puede considerarse una metáfora de los tiempos que vivimos ?

Es una historia, una historia que tiene que ver con los tiempos en que vivimos, no pretende representarlos ni ser su espejo sino construirlos en la ficción para que podamos imaginar nuestra vida desde otra parte.

Alex, la otra protagonista de esta historia es una madre treintañera que tiene que regresar a vivir con sus padres debido a las circunstancias. Sin embargo, ella tiene un gran sentimiento de culpa. ¿La presión social es la que nos hace sentir fracasados cuándo no llegamos a los estándares de éxito que se supone debemos alcanzar?

Sí, la presión social es dolorosa y es parte del capitalismo y más aún del sistema al que nos dirigimos, un capitalismo sin atenuantes, una cultura mucho más parecida a la estadounidense donde no hay zonas intermedias de solidaridad y de cultura pública, sino el clásico y falso dilema entre ganadores y perdedores. Lo considero falso porque no hay carrera individual, vivimos en común y los llamados logros personales debieran ser tan compartidos como los llamados fracasos personales.

 ¿Esto es lo que nos hace vivir en el país de ninguna parte?

En ese país intentamos hacer como si la presión no existiese, pero existe, por eso aunque a veces esquivemos la presión fugándonos, y es necesario, es aún más necesario regresar y acabar con ella.

En la novela se habla de la importancia del tiempo. Alex llega a decir que nos están robando los días uno por uno. ¿Se nos ha olvidado qué es lo realmente importante o nos lo han hecho olvidar?comité

No creo en esos discursos de la buena voluntad y de aprender a vivir en el momento presente. Para poder vivir ahí hay que estar libre del daño ajeno, del miedo, de la amenaza de la miseria, del desvalimiento, de la explotación. Se puede intentar a ratos recordar qué es lo importante, pero la sociedad está construida para que se nos vaya la vida en la estupidez y la rabia antes que en el bien y la alegría.

El compromiso social y el individual se entremezclan en esta historia ¿Crees que el primer paso para cambiar el mundo debería ser el intentar mejorar como individuos?

La frase de Ortega que siempre se cita a medias dice así: «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo ella no me salvo yo», creo que da alguna pista, cambiar la circunstancia y cambiarse a uno mismo, a una misma, no son actos separados.

En el libro leemos que un día una palabra nueva y neutra se formará en castellano, una palabra que haga que deje de usarse el masculino genérico. Si el lenguaje es reflejo de la sociedad, ¿cuánto tiempo crees que tardará en llegar esa palabra al diccionario?

Bastante tiempo, creo que la lucha feminista necesita organizarse más, que demasiado a menudo se piden las cosas en lugar de combatir para exigirlas, lo que en absoluto niega el valor de tantas y tantas mujeres que lucharon y sigan haciéndolo para que hoy podamos estar aquí.

Formas parte de Asalto, la facción literaria de La Fundación Robo. Quizá vuestro trabajo es menos conocido que el de los músicos. ¿En que consiste y dónde se puede leer?

Asalto está en pausa en estos momentos, no nos da la vida para tantas cosas, aunque regresaremos. Lo que hay se puede leer en la web de la Fundación Robo clicando en Asalto, pero hay muy poco material. El propósito es trabajar la literatura con fines instrumentales, una literatura que ayude a luchar y donde la expresión del yo no sea apenas relevante.

¿Hay alguna canción de la Fundación Robo que pudiera servir como banda sonora de El comité de la noche?

Digamos el tramo que va desde Disonancia cognitiva a Esta tierra es nuestra, pasando por Gallo rojo, gallo negro, Las constelaciones, Run run y El puño piensa; en realidad, creo que todas.

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