LIBE MIMENZA CASTILLO
José Mª Gorostiaga Garai (Bilbao, 1953) imparte la charla Las algas del Cantábrico: centinelas del cambio climático dentro del ciclo de charlas ciéntificas Zientziateka (19.00 horas; Alhóndiga Bilbao). Doctor en Biología y profesor de Botánica de la UPV/EHU, quedó prendado desde niño de los colores y las formas, tanto de las algas, como de los numerosos organismos marinos que habitan en la costa vasca.
Especialista en algas marinas, son especialmente conocidos sus estudios sobre la recuperación de la vegetación del Abra de Bilbao, iniciados en 1984 y vigentes en la actualidad, con motivo de la puesta en marcha del Plan Integral de Saneamiento del Gran Bilbao. Asegura que «la experiencia obtenida en el estudio de los efectos de la contaminación sobre las algas marinas ha permitido detectar y evaluar cambios en la vegetación marina como consecuencia de los efectos del cambio climático».
Las investigaciones sobre el cambio climático son más recientes, y comenzaron en 2007 debido a que «en la zona de Kobaron se estaban produciendo cambios anómalos en la vegetación submarina que no habíamos observado con anterioridad. Los años 2003 y 2006 fueron extraordinariamente calurosos, alcanzando en 2003 la temperatura del agua en agosto un máximo (26,2 ºC) hasta la fecha no alcanzada, cuando la temperatura generalmente era de alrededor de 22ºC».
Además de su perfil docente e investigador en el ámbito universitario, se puede destacar su vocación divulgativa, habiendo sido el promotor, junto a su hermano Fernando Gorostiaga, de Abra Aquarium (Getxo); centro creado para difundir conocimientos sobre la vida en el mar.
La temperatura del mar Cantábrico ha aumentado debido al cambio climático: la temperatura del agua superficial en verano ha aumentado alrededor de 1 °C en tres décadas; entre 1980 y 2008 ha pasado de 20.8 °C a 21.7 °C. ¿En qué afecta esto a nuestra costa?
La temperatura es uno de los factores determinantes sobre la biología de las algas. La costa vasca tiene la peculiaridad de que se encuentra en el fondo del Golfo de Bizkaia constituyendo el área de aguas más cálidas. Cada especie tiene un rango de temperatura en el que pueden vivir. La costa vasca constituye un refugio para especies con afinidad meridional (es decir, especies que se pueden encontrar también en el mediterráneo occidental) mientras que otras especies de tendencia septentrional son raras en la costa vasca. Son especialmente estas últimas especies las que pueden desaparecer con el progresivo calentamiento de las aguas. Por ejemplo, especies de macroalgas pardas como laminarias (Laminaria ochroleuca, Saccorhiza polyschides) o fucáceas (Fucus spiralis, Ascophyllum nodosum) han sufrido una drástica reducción en los últimos 15 años. En contrapartida, otras especies más termófilas han proliferado y también ha quedado favorecida la expansión de especies foráneas, aunque estas en general son de morfología simple (formas filamentosas).
Además del incremento promedio de la temperatura del agua superficial en verano en las últimas tres décadas (prácticamente 1ºC), se han producido eventos de calentamiento notables alcanzando máximos de temperaturas a los que no habíamos llegado en décadas anteriores. Sin embargo, es difícil de determinar cuál es propiamente el efecto de la temperatura, ya que también han cambiado otros factores ambientales que pueden actuar sinérgicamente junto a la temperatura.
¿Qué otros factores son esos y cómo están afectando a nuestra costa?
La radiación solar está aumentando en la costa vasca desde 1985 hasta el momento actual. Durante el periodo 1985-2010, la radiación en el área de Bilbao ha registrado un incremento anual de 6,2 W m-2 por década, con incrementos significativos en primavera (7,7 W m-2 por década), verano (8,5 W m-2 por década) y otoño (5,9 W m-2 por década), siendo Bilbao la ciudad que ha experimentado el mayor incremento de 17 ciudades de la península donde se obtuvieron los registros (incluyendo ciudades meridionales como Málaga, Murcia y Palma de Mallorca).
En paralelo al incremento de la radiación solar, en la costa vasca se ha producido una reducción significativa de precipitaciones en primavera, verano y otoño. En consecuencia, al disminuir el caudal de los ríos la entrada de nutrientes ha sido menor y consecuentemente se ha producido un incremento de la transparencia de las aguas, siendo así más dañinos los efectos del incremento de la radiación solar en superficie.
Finalmente, la intensidad y frecuencia de los temporales ha aumentado, así como la existencia de posibles alteraciones en el equilibrio entre depredadores y herbívoros. En conjunto, todos estos factores pueden estar actuando conjuntamente alterando la vegetación de la costa vasca.
Las cuatro fotos corresponden a la secuencia del progresivo declive de las praderas submarinas del alga roja Gelidium corneum de la costa vasca que describe José María Gorostiaga a lo largo de la entrevista. Matiza que «esta secuencia extrema se ha producido en algunas localidades de costa abierta de la costa vasca, con aguas transparentes y escaso nivel de nutrientes. En otras localidades, en cambio, generalmente con aguas algo más turbias, mayor contenido en nutrientes y muy alto hidrodinamismo, los cambios no han sido tan acusados».
¿Cómo muestran las algas del mar cantábrico los efectos del cambio climático?
Son diversos los síntomas de estrés que muestran las especies de algas que no se están adaptando a las nuevas condiciones ambientales. La especie clave en la costa vasca es el alga roja Gelidium corneum, que forma extensas praderas submarinas. El síntoma principal es que adquiere un color amarillento, los frondes son quebradizos, endebles y con frecuentes roturas de ramas. En estas condiciones se van abriendo claros en las praderas, cada vez mayores, llegando en algunos casos hasta su práctica desaparición. Otras especies que antes eran abundantes, ahora ya no se ven o son muy escasas. En contraste, otras especies han adquirido un mayor protagonismo. Un ejemplo es el alga roja calcárea Corallina elongata la cual ha aumentado su abundancia en la costa vasca debido al incremento de la temperatura del agua y de la radiación solar.
¿Qué consecuencias biológicas, ecológicas y socio-económicas tendrán esas alteraciones?
Las consecucencias biológicas se reflejarán en una menor productividad, menor oxigenación de las aguas y menor fijación de CO2.
Las ecológicas, generarán una simplificación en la estructura y función de la vegetación marina. Además de desequilibrios en la biodiversidad y en la relación predadores-herbívoros, empobrecimiento de hábitats, pérdida o disminución drástica de organismos asociados a la vegetación, disminución de la capacidad del sistema para la protección y alimentación de alevines.
Estas consecuencias se verán a su vez reflejadas en la socio-economía mediante el deterioro de los recursos pesqueros en el ecosistema costero, los cambios de tradiciones, el deterioro en los usos recreativos (por ejemplo en el buceo) y las interferencias negativas sobre una gestión adecuada del medio natural y de los recursos.
En conclusión, se están produciendo unos efectos cascada en diferentes niveles al ser la vegetación marina la base de la cadena trófica en las aguas costeras someras y por ello con múltiples repercusiones.
¿Cuál es la situación de la costa del País Vasco?
La costa vasca está siendo un área especialmente vulnerable al cambio climático ya que es la zona más cálida del Golfo de Bizkaia y por ello, los efectos negativos del cambio climático están siendo más tempranos y acusados, en comparación con las regiones costeras vecinas. En nuestro caso, las investigaciones se han desarrollado sobre la vegetación marina y fauna asociada. Será necesario evaluar los efectos sobre otros componentes del ecosistema costero.
¿Por qué son importantes las algas de nuestra costa? ¿Pueden contribuir de alguna manera en la lucha contra el cambio climático?
Las algas constituyen la base vegetal en las aguas costeras someras (alcanzan una profundidad de alrededor de 30 metros), toman los nutrientes del medio (incluido el CO2) y mediante la luz realizan la fotosíntesis, oxigenando las aguas. Sirven de alimento para numerosos organismos, tanto peces como invertebrados (erizos, moluscos, crustáceos etc.), así como de protección de alevines y adultos. Contribuyen contra el cambio climático retirando parte de CO2 que llega desde la atmósfera al mar.
Entonces, ¿nos sirven las algas tanto para conocer el cambio climático como para combatirlo?
Quizás en aguas templado-frías, sean las algas uno de los grupos de organismos marinos más sensibles ante los efectos derivados del cambio climático (en aguas cálidas los corales también están mostrando una alta sensibilidad). Por ello, el estudio de los cambios temporales en la composición y abundancia de las especies en la vegetación marina costera constituye una herramienta de gran utilidad para tomar el pulso a la evolución del cambio climático, es decir, evaluar si con las medidas correctoras que se vayan aplicando (por ejemplo la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero) se pueden ir aminorando en cierta medida las tendencias hasta ahora detectadas.
¿Qué proyectos de investigación referidos a la costa y al cambio climático tenéis ahora en la universidad?
En la actualidad se han solicitado proyectos de investigación al Ministerio de Ciencia e Innovación, colaborando la UPV/EHU con las universidades de Cantabria y Asturias, así como para el caso particular de la costa vasca se ha solicitado un proyecto al Gobierno vasco. En el primer caso, se trata de conocer si la intensidad de los cambios en la vegetación marina son semejantes entre las distintas áreas geográficas. Mientras que en el segundo caso, se desea continuar con la monitorización de los cambios a lo largo de una red ya establecida en 1991 a lo largo de la costa vasca.
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