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Women Action Sustainability (WAS), la asociación de mujeres directivas sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo es elevar la sostenibilidad al primer nivel estratégico de las empresas, entidades, instituciones y sociedad, celebró ayer la Conferencia de clausura del 2º Ciclo de Cambio Climático de WAS
Este evento se organizó para analizar los impulsores clave y los retos a los que se enfrentan las instituciones financieras a la hora de incorporar los criterios ESG en sus decisiones de inversión, para definir las expectativas de las empresas en cuanto a la divulgación y la evaluación del desempeño en términos de sostenibilidad, y para examinar las oportunidades disponibles a través de diversas herramientas y marcos de financiación sostenible.
La conferencia se organizó en el marco de un informe elaborado conjuntamente por WAS y Schneider Electric, cuyos resultados y conclusiones se presentaron durante el evento. Además, el acto reunió a los expertos de las instituciones financieras participantes para debatir sobre las palancas clave que permitirán que las finanzas sostenibles sirvan como motor del cambio.
Como comenta Mónica Chao, presidenta de WAS, «nos encontramos en un periodo sin precedentes que exige una acción colaborativa urgente por parte de todas las partes interesadas para que el objetivo del 1,5°C sea una realidad. El mundo necesita avanzar más rápido en la transición hacia una economía baja en carbono, no solo en los países desarrollados, sino también en los mercados emergentes. Es hora de ampliar las soluciones financieras tanto para las grandes empresas como para las pequeñas. Un cambio inmediato en la asignación de capital es una palanca fundamental para dar paso a un mundo mejor y más sostenible e imaginar un futuro resiliente y próspero para las futuras generaciones».
Raquel Espada, Vicepresidenta de Estrategia de Sostenibilidad para EMEA de Schneider Electric, señaló que «la transparencia y la divulgación de los riesgos y las oportunidades climáticas son fundamentales, al igual que la resiliencia de la estrategia de sostenibilidad de una organización, frente a diferentes escenarios climáticos. Las empresas no sólo tienen que comunicar sus objetivos, sino también mostrar los avances en sus planes de descarbonización. Tras haber entrevistado a varias partes interesadas en el ámbito financiero, uno de los principales consejos que se dieron a las empresas era simple: seguir avanzando. No debemos dejar que la búsqueda de perfección de las metodologías o de los datos disponibles suponga una barrera para el avance. Ya no hay tiempo para las excusas; ha llegado el momento de actuar».
El informe muestra varias tendencias y oportunidades:
La integración y los resultados en materia ESG están adquiriendo una relevancia considerable tanto entre los inversores institucionales como privados, aún más desde las recientes crisis (COVID-19, interrupción de la cadena de suministro y volatilidad energética), cuyos impactos han puesto de manifiesto la necesidad de una transición sostenible. En palabras de Aitor Jáuregui, Country Head de Blackrock en Iberia, «hemos visto un desplazamiento tectónico del capital. Muchos clientes nos preguntan por el papel que la sostenibilidad y las estrategias sostenibles pueden desempeñar en su cartera. Creemos firmemente que la integración de cuestiones climáticas y de sostenibilidad en los procesos de inversión puede ayudar a los inversores a construir carteras más resilientes y a conseguir una mejor rentabilidad ajustada al riesgo en el largo plazo».
El cambio climático sigue siendo el área más relevante a ojos de los inversores. Como señala Marisa Aguilar Villa, Country Head de Allianz Global Investors en Iberia: «La mayor parte de la regulación existente en materia de inversiones y las iniciativas colectivas globales se centran en el clima. No es ninguna sorpresa: además de contar con más datos científicos, el cambio climático supone una amenaza existencial, y tenemos un plazo muy limitado para afrontarlo. Por lo tanto, la planificación de la transición hacia unos modelos de negocio más sostenibles es fundamental para la financiación de las grandes empresas, especialmente para las que presentan altos niveles de emisión».
Aunque el creciente número de compromisos en materia de sostenibilidad por parte del sector financiero es alentador, no siempre es fácil pasar de la teoría a la acción. Los participantes de la encuesta compartieron los principales retos que deben abordarse para reducir la brecha en el sector financiero:
Dificultad para medir el impacto financiero real e incorporar el rendimiento ESG en el ROI
Falta de datos contrastados y fiables, lo que indica la necesidad de una mayor transparencia por parte de las empresas
Falta de compromiso en materia ESG en los consejos de administración de las empresas
Más recursos para abordar temas de sostenibilidad más complejos, como la circularidad y la biodiversidad
A pesar de estos retos, los participantes coincidieron en varias soluciones y recomendaciones para maximizar el impacto de las finanzas sostenibles e impulsar una transición justa y rápida:
Se necesita un marco común y estandarizado para estructurar la forma en que los IF desarrollan las inversiones sostenibles y la información que los inversores solicitan a las empresas.
Fomentar la colaboración, la transición justa y la acción pública. Todos los ponentes se refirieron al compromiso activo con las empresas en las que invierten como una herramienta decisiva a la hora de impulsar la eficiencia de su transformación ESG. Los grandes inversores no son las únicas organizaciones que tienen un papel clave.
La resiliencia es una de las claves del éxito de la financiación sostenible, ya que los impactos de las inversiones sostenibles (y el daño potencial de la inacción) se hacen más evidentes a medio y largo plazo.
Los incentivos para la transformación ESG, como la implementación de un impuesto global sobre el carbono, ayudarían a integrar la valoración del carbono en la planificación financiera.
Ana Puente, jefa de Legislación de Mercados de Valores e Instrumentos Financieros del Ministerio de Economía y Transformación Digital, ha destacado que «la lucha contra el cambio climático debe ser una prioridad absoluta, tal y como lo es actualmente. El desarrollo de un nuevo modelo productivo que permita a la Unión Europea alcanzar las cero emisiones en 2050 es uno de los principales objetivos estratégicos y no puede entenderse sin el papel del sector financiero, ya que requiere la canalización de amplios recursos económicos. Para promover un sector financiero que apoye nuestros objetivos sostenibles, nosotros, como sector público, debemos incentivarlo con un marco legal claro que garantice la confianza de los inversores en los aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG). La administración pública ha contribuido activamente al desarrollo de las finanzas sostenibles con la puesta en marcha del programa de bonos verdes soberanos, que es ya un elemento estructural de la política de financiación del Hacienda Pública».
Fuente Comunicae