Dos bodegas vascas, pioneras en el sector vitivinícola mundial al desarrollar una Declaración Ambiental de Producto

REDACCIÓN BBN

Las bodegas participantes en la iniciativa han hecho públicas sus respectivas EPDs (Declaración Ambiental de Producto), o lo que es lo mismo, un documento verificado y registrado que va más allá del cálculo de huella de carbono, comunicando información transparente y comparable, sobre el impacto ambiental del ciclo de vida de los productos.Astobiza-y-Gil-Berzal

Para obtener la EPD, Neiker-Tecnalia (Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario), y la consultora experta en ecodiseño IK ingeniería, han analizado las fases del ciclo de vida de los vinos seleccionados teniendo en cuenta el enfoque “cradle to grave” (de la cuna a la tumba). Esto engloba cuatro fases principales: la fase agrícola o de campo (labores de campo, consumo de productos agroquímicos etc.); la fase de bodega o elaboración (consumo de energía, productos enológicos, materiales de embalaje etc.), la fase de distribución (transporte de las botellas) y la fase de consumo y fin de vida del producto (gestión de residuos).

Esta Declaración Ambiental se encuentra totalmente alineada con la Huella Ambiental Europea, que actualmente está en fase piloto y que tiene como objetivo normalizar en toda la UE la manera de demostrar que un producto tiene un mejor comportamiento ambiental, tratando de poner orden en la dispersión de iniciativas, organismos y etiquetas que en este momento confunden a los consumidores.

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