Cacao, una dulce inversión con una triple rentabilidad

/COMUNICAE/

La inversión de Oikocredit, la mayor cooperativa de inversión de impacto enfocada en los Países del Sur Global, en cooperativas productoras de cacao ayuda prevenir la deforestación. Este tipo de proyectos implica una triple rentabilidad, social, económica y medioambiental. Su propósito es mantener la producción del cacao a lo largo del tiempo basada en unas condiciones dignas y respetuosas con los derechos humanos, especialmente los de la infancia

El cacao ofrece una multitud de  beneficios y buenas propiedades además de ser uno de los alimentos más consumidos en todo el planeta, alcanzando los 8,5 millones de toneladas de todo el mundo. Oikocredit, la cooperativa internacional dedicada a la inversión de impacto enfocada en los Países del Sur Global, mejora la calidad de vida de los productores de cacao a través de la ayuda financiera en cooperativas agrícolas, mediante el soporte financiero y técnico a las cooperativas se apoya y a los pequeños agricultores que tienen un nulo o limitado acceso a los recursos de financiación. Este tipo de proyectos implican una triple rentabilidad, no sólo social y económica, sino también medioambiental que, entre otros beneficios, ayuda a combatir la deforestación mediante el uso de sistemas productivos de baja intensidad con un escaso uso de componentes agroquímicos que tienen un menor impacto en el ecosistema.

A pesar de que los países africanos producen más del 70% del cacao consumido en todo el mundo, los países latinoamericanos (14%) se posicionan como el principal proveedor de cacao fino de aroma del mundo, según la Organización Internacional del Cacao. La excelencia del cacao amazónico, como motor de prosperidad en América Latina, ha convertido su industria en un ejemplo de crecimiento, innovación y sostenibilidad. Sin la ayuda de cooperativas de inclusión financiera como Oikocredit, este tipo de cacao, más delicado, dejaría de fabricarse, ya que requiere más cuidados que la variedad Forastero,  que es la más consumida.

Perú es actualmente el segundo productor de cacao orgánico y uno de los pocos países donde se cultiva el cacao blanco criollo uno de los más premiados y valorados del planeta, que representa tan solo el 0,25% de  la producción mundial.  La «joya de la corona» del cacao se siembra y cosecha en la región de Piura, que se diferencia de otras variedades por su gran calidad, exquisito aroma y sabor.

Inclusión financiera para luchar contra los desafíos del cultivo del cacao
«Nuestra inversión en cooperativa productoras de cacao permite una mejora de las condiciones de vida de trabajadores y sus familias a la vez que contribuimos a la perpetuación del cultivo del cacao, seriamente amenazado, y que gracias a los microcréditos que han obtenido los miembros las cooperativas, podrán seguir cultivando», comenta Rose Serrano, responsable de las relaciones con el inversor en de Oikocredit en España.

Los préstamos concedidos por Oikocredit a las cooperativas aseguran a los agricultores que trabajan en condiciones de Comercio Justo una remuneración equitativa (hay que tener en cuenta que La mayoría de las personas que se dedican al cultivo de cacao y sus familias viven con menos de 1,90 dólares al día y reciben menos del 6% del valor generado por el cacao) además de crear empleo estable, evitar la despoblación y garantizar unas condiciones laborales dignas y respetuosas con los derechos humanos.

Asimismo, Oikocredit se ocupa, a través de las microfinancieras, de la capacitación técnica y de aportar los recursos económicos  necesarios para que los pequeños campesinos de los países empobrecidos -uno de los colectivos más vulnerables a las amenazas ambientales del cambio climático, la contaminación y la escasez del agua, la pérdida de fertilidad de los suelos y las plagas- puedan adoptar mejores prácticas, dando respuesta a los elevados estándares de respeto al medio ambiente que tanto el Comercio Justo como las certificaciones ecológicas promueven.

Del mismo modo y con el objetivo de contribuir a la conservación de la biodiversidad, los agricultores de Comercio Justo financiados por esta cooperativa llevan a cabo una amplia gama de actividades como el compostaje, la reducción del uso de productos químicos, la recuperación de especies como el cacao blanco criollo y la producción orgánica.

De Madagascar a Perú, pasando por Paraguay, las cooperativas financiadas por Oikocredit
Oikocredit considera que la producción del cacao bajo unas condiciones dignas y respetuosas con los derechos humanos, especialmente los de la infancia, y el calentamiento global son los principales escollos que deberá salvar la industria del cacao para mantener una producción constante a lo largo del tiempo. Además, también destaca la importancia de escuchar al consumidor que pide, cada vez más,  una trazabilidad responsable, un comercio justo y una producción ética.

Las cooperativas agrarias Norandino (Perú) y Manduvirá (Paraguay) son dos claros ejemplos de cómo Oikocredit mejora la calidad de vida de las personas a través de la inclusión financiera, apoyando a pequeños agricultores que tienen un nulo o limitado acceso al mercado y a los recursos de financiación. Mediante la concesión de préstamos de Oikocredit, Norandino logró financiar una nueva oficina central, mientras que Manduvirá construyó una planta procesadora de azúcar orgánica respetuosa con el medioambiente.

Fuente Comunicae

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