Repasamos la historia de Bilbao con Ana Isabel Prado y Roberto Palacios

Roberto Palacios Martínez y Ana Isabel Prado Antúnez durante la presentación de la "Monografía sobre Bibao".
Roberto Palacios Martínez y Ana Isabel Prado Antúnez durante la presentación de la "Monografía sobre Bibao".
Roberto Palacios Martínez y Ana Isabel Prado Antúnez durante la presentación de la «Monografía sobre Bibao».

GAIZKA ESPARZA

Los historiadores Ana Isabel Prado Antúnez y Roberto Palacios Martínez han sido los encargados de escribir una interesante publicación sobre la historia de Bilbao con la que la Diputación Foral completa la colección de monografías sobre Bizkaia.

Los autores han señalado que adentrarse en la historia de Bilbao ha sido complejo, en especial al tratarse de una población en constante evolución. A esto hay que sumarle el hecho de que hayan tenido que hacerlo en apenas año y medio.  Esto ha hecho que se hayan limitado a realizar una labor de síntesis en la que han tratado los aspectos más destacados de la historia bilbaína.

Estatua de Diego López de Haro.
Estatua de Diego López de Haro.

¿Cómo era Bilbao en los momentos que precedieron a su fundación?

ROBERTO: Como muchos sabrán Bilbao es villa desde el 15 de junio 1300, fecha en la que el por aquel entonces señor de Bizkaia, Diego López de Haro, concedió a sus habitantes la carta puebla. Dicha carta fue concedida a una población ya existente y asentada, al menos, desde finales del siglo XII en los terrenos sobre los que posteriormente se levantarían las Siete Calles. La propia carta puebla se referiría a dicho asentamiento como aquel que «dizen el puerto de Biluao». Estaríamos hablando de un pequeño núcleo, jurisdiccionalmente vinculado a la Santa María de Begoña, que contaría con una ermita dedicada a Santiago y cuyos habitantes se dedicaron preferentemente a la actividad comercial.

Anterior a dicho asentamiento pre-fundacional, se tendrían varias noticias sobre la presencia humana sobre los terrenos del actual término municipal de Bilbao. Los vestigios más antiguos que tendríamos serían del período neolítico, y en concreto hablaríamos de varias estructuras dolménicas que han sido datadas entre finales del IV milenio a.C. y mediados del III milenio a.C. Posteriormente cabría destacar el castro de Malmasín, que pudo estar ya habitado en la segunda mitad del I milenio a. C., cuyos habitantes fueron los que entrarían en contacto con la civilización romana, presentes en el entorno, al menos, desde finales del siglo I y durante el siglo siguiente.

¿Que supuso para Bilbao la obtención del título de villazgo en 1300?

ROBERTO: La obtención del título de villazgo suponía ya de entrada beneficiarse de un nuevo estatus jurídico claramente privilegiado con respecto al entorno rural circundante. A ello habría que añadir la consecución por parte de los pobladores de la nueva villa de toda una serie de mercedes y ventajas de tipo comercial que, sin duda alguna, contribuyeron a poner las bases de su posterior desarrollo económico.

¿Por aquel entonces qué extensión tenía la villa?

ROBERTO: Según la carta fundacional el término jurisdiccional de Bilbao tendría como principales límites el puntal de Zorroza, el río Cadagua, las estribaciones del Pagasarri, el vado de Etxebarri, las alturas del Ganguren y la ribera de Deusto. Dentro de esos límites iniciales se encontraba un reducido núcleo urbano amurallado que coincidiría con las tradicionales siete calles. Un núcleo urbano no densamente poblado y con numerosos solares vacíos.

Bilbao en 1575.
Bilbao en 1575.

¿Cuál fue la importancia de su situación geográfica?

ROBERTO: Su cercanía a material primas como el hierro con las que poder participar activamente en el comercio internacional; su proximidad a importantes vías de comunicación, como la que conectaba a través de Orduña el interior castellano con las rutas marítimas del Atlántico.

¿Hasta qué punto ha sido fundamental el comercio en el desarrollo de la villa? 

ANA ISABEL: El comercio es casi sinónimo de Bilbao, de hecho durante siglos fue la base económica de la villa y los centros de poder de la ciudad fueron tanto el Ayuntamiento como el Consulado. En el siglo XVII , los propios comerciantes bilbaínos se definían a sí mismos como hombres de negocios y los visitantes extranjeros describían Bilbao como la ciudad que realizaba más envíos de manufacturas inglesas y de pescado que cualquier otro puerto de la Cristiandad, haciendo servicio a toda la costa hacia el oeste peninsular hasta los límites con Portugal. Toda la vida de la ciudad giraba alrededor del comercio y así queda patente en la gran cantidad de esculturas del dios Mercurio, dios del comercio, que se encuentran dispersas por toda la ciudad y constituyen un recuerdo constante al carácter comercial de la villa de Bilbao.

ROBERTO: Además son varios los testimonios que reflejarían la primacía de dicho sector: desde referencias documentales de distintas épocas destacando la trascendencia del trato mercantil, pasando por el considerable número de mercaderes asentados en Bilbao, los cuales se llegaron a asociar, al menos, desde el siglo XV; y terminando por las constantes inversiones públicas destinadas a mantener las bien acondicionadas las infraestructuras viarias y portuarias.

Casco Viejo de Bilbao.
Casco Viejo de Bilbao.

Se ha solido decir que mientras Donostia miraba hacía Francia, Bilbao lo hacía a Reino Unido. ¿Es esto verdad?

ROBERTO: Bilbao siempre ha mantenido, desde sus comienzos, contactos con el Reino Unido; sin embargo, su pueblo no ha estado siempre entre las preeminencias de los bilbaínos. Las preferencias han ido variando dependiendo de la situación internacional. Así, en un principio se puede decir que Bilbao miraba más hacia Flandes, después, durante el XVII, hacia Francia.

ANA ISABEL: Exacto. Bilbao se afrancesó en gran medida durante los años finales del siglo XVIII, cuando se convirtió en refugio de muchos franceses que huían de la Revolución Francesa. La ciudad llegó a albergar más de 3000 refugiados. Además, el gusto por la moda francesa queda patente en las críticas que  Iza Zamácola hizo a finales del XVIII de los que el llamaba jóvenes currutacos y madamitas bilbaínas. Quizás la influencia inglesa se impuso en décadas posteriores, durante la industrialización de la villa y toda Bizkaia, cuando se acudía al Reino Unido en busca de maquinaria y negocios.

El siglo XV vino marcado por la conflictividad social. ¿A qué se debió?

ROBERTO: La conflictiva de entonces estuvo motivada fundamentalmente por el interés de varios colectivos de la sociedad bilbaína por controlar los principales centros de poder y de influencia locales. Dicho interés enfrentó, por un lado y entre sí, a los principales linajes de la villa, dando lugar a lo que tradicionalmente se conoce como luchas banderizas; y por otro lado, a los dichos linajes con aquellas familias que decidieron no alinearse con bando alguno y que pretendieron seguir manteniendo algún tipo de influencia en las instituciones locales.

Puente e iglesia de San Antón.
Puente e iglesia de San Antón.

Posteriormente la villa conoció un largo proceso de transición a la modernidad. ¿Cómo fue ese proceso?

ROBERTO: Desde el punto de vista económico aquella transición fue acompañada de un primer esplendor de tipo comercial que convirtió a nuestra villa en el principal núcleo vizcaíno y en uno de los más destacados de la cornisa cantábrica. De hecho, fue durante la decimoquinta centuria cuando se erigieron los principales templos con los que contamos (iglesias de San Antón, Santa María de Begoña, San Vicente, San Pedro de Deusto, Nuestra Señora de la Encarnación), a excepción de la Catedral y las iglesias de Santos Juanes y de San Nicolás. Desde el punto de vista social se podría hablar del final de las contiendas banderizas de época medieval y la consolidación de una oligarquía bilbaína que fue controlando los principales centros de poder locales en detrimento del común de los vecinos.

El hecho que durante las guerras carlistas Bilbao fuera uno de los centros de resistencia liberal, ¿de qué manera afecto a su devenir?

Batalla de Luchana.
Batalla de Luchana.

ANA ISABEL: Bilbao se convirtió y fue considerado siempre como principal foco liberal frente a un mundo rural tradicionalista. En la década de los 30 del silgo XIX se produjo la división del grupo liberal en liberales fueristas moderados, que defendían los Fueros, y liberales fueristas progresistas, grupo que apostaba por la Constitución liberal y también de los Fueros aunque “limitados en su dimensión de derecho público a la esfera económico administrativo”. La mayoría de los alcaldes de la villa de Bilbaoentre 1834 y 1876 pertenecieron a esta tendencia política: unos alcaldes que eran parte de la burguesía patrimonialista. En estos años de guerra también se mantuvo el debate en torno a la instalación de la Diputación provincial o el mantenimiento de la foral, discusión en la que el ayuntamiento tomó posturas más o menos conciliatorias. Pero tras el último sitio, el panorama político fue aún más complejo de lo que se plasmó en un primer momento en ese reducido gobierno municipal de pudientes. Pasado el entusiasmo de los liberales de Bilbao tras el fin de la última guerra carlista, el desencanto se instauró entre ellos tras la aceptación y promulgación de la ley del 21 de julio de 1876, ley por la que quedaban abolidas las libertades forales en Bizkaia, Araba y Gipuzkoa. Los liberales bilbaínos se escindieron entonces en un grupo transigente que aceptaba el cumplimiento de una ley que propugnaba un nuevo concepto de Estado, centralizado y uniforme; frente a un grupo de liberales intransigentes liderados por Fidel de Sagarminaga y reacios al cambio de las instituciones forales.

El liberalismo también facilitó la extensión de un discurso político y paternalista centrado en el progreso, la prosperidad y engrandecimiento urbano, discurso que propició el despegue de la industrialización y la modernización de la ciudad.

¿Cuándo se dieron los primeros pasos de la industrialización?

Accion_Altos_Hornos_Vizcaya_(1948) (1)ANA ISABEL: Tras las primeras industrias siderúrgicas como Santa Ana de Bolueta (1841), La Merced (1846) y El Carmen (1855), surgieron nuevas fábricas fruto de la capitalización derivada de la explotación minera, la construcción del primer alto horno y la aplicación de las nuevas técnicas de la siderurgia avanzada: la San Francisco (1878), la Sociedad Vizcaya y los Altos Hornos de Bilbao (1882). Su construcción fomentó la aparición de empresas metalúrgicas dedicadas a la transformación del lingote o a la elaboración de productos semielaborados: la Rochelt y Cía (fundada unos años antes, en1878), la Averly y Cía y Aurrerá (1885), La Iberia (1887), Talleres de Deusto, Tubos Forjados y la Basconia (1892) y los Talleres de Zorroza (1893). La zona de La Ribera y Zorrozaurre de Deusto fue una de las áreas elegidas para la instalación durante esos años de gran número de fundiciones, talleres metalúrgicos, industrias químicas y fábricas de la industria de la alimentación.

Entre 1877 y 1900 se configuró la estructura industrial básica de la zona, y aún entonces, Bilbao, que  trataba de seguir el dinámico ritmo de cambio que se estaba viviendo, mantuvo muchas de las constantes de la ciudad comercial que durante siglos había sido. Y es que el Bilbao del comercio y servicios fue la base financiera del despegue comercial.

A partir de la segunda parte del siglo XIX Bilbao acogió a muchos trabajadores de otras zonas del estado. ¿Cuáles fueron los cambios que sufrió la ciudad?

ANA ISABEL : Ya en las décadas anteriores a la última guerra carlista, el espacio urbano de Bilbao, que atravesaba en esos momentos una primera fase de industrialización, sintió los efectos de cierta saturación poblacional. Entre 1860 y 1877, los ritmos de crecimiento anual alcanzaron un revolucionario 1,54% , junto con un lento y sostenido incremento de la mortalidad. De esta época datan los planes de Amado Lázaro (1862) o las anexiones parciales de Abando y Begoña (1870), primeros proyectos de expansión urbana regulada.

La siguiente fase de industrialización, vivida en la Ría de Bilbao desde 1876 vino acompañada de una emigración masiva con el consiguiente hacinamiento de la población, subsistiendo gran parte de ella en unas pésimas condiciones higiénico-sanitarias. Esta situación generó una creciente tensión social en la ciudad y toda el área de la Ría de Bilbao.  Mientras la masificación de los barrios obreros se incrementaba, la construcción de vivienda en Bilbao, y especialmente en la zona del Ensanche, se encontraba paralizada por los intereses especulativos de los propietarios que, al igual que se detectaba en siglos anteriores, trataban de mantener los precios al alza a fin de obtener la máxima rentabilidad de sus bienes inmuebles.

Casilda Iturrizar Urquijo.
Casilda Iturrizar Urquijo.

Los problemas de convivencia social se agravaron en los momentos de crisis y pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Las diferencias sociales se fueron agudizando, desplegando la alta burguesía bilbaína tanto una labor paternalista y benefactora, como una cierta autosegregación, materializada en el abandono parcial y paulatino del centro de la ciudad y la creación de suburbios privilegiados. Son las décadas de las grandes benefactoras de Bilbao, mujeres como la Beata Rafaela de Ybarra (1843-1900), fundadora de la Congregación de los Ángeles Custodios (1892), hogar de acogida de niñas y jóvenes pobres, Doña Casilda de Iturrizar (1818-1900), Doña Felipa de Zuricalday, Doña María Muñoz o Doña Anselma de Salces, entre otras; y también la de las mejoras de las vías de comunicación hacia Las Arenas y Algorta nueva zona de segunda residencia bilbaína.

Otro de los grandes cambios que ha vivido Bilbao se ha dado en los últimos años. De ser una ciudad industrial ha pasado a acoger a turistas. ¿Cómo creéis que recogerán esto los libros de historia?

ANA ISABEL: Sin duda ha sido un fenómeno del que no hemos sido muy conscientes mientras se forjaba y asentaba, hoy en día es una realidad. Bilbao se está transformando en una ciudad turística y de servicios, muy lejos de la ciudad industrial que fue. Los libros de Historia lo considerarán como una nueva y sorprendente transformación de la ciudad, pero, tal y como en otros siglos, un cambio que tiene detrás la voluntad y el tesón de los bilbaínos por cambiar pero ser siempre fieles a sí mismos.

Vuestro trabajo repasa también el patrimonio histórico-artístico, incluso aquel desaparecido. ¿Son muchas los elementos que no hemos llegado a conocer?

ANA ISABEL: Sí, la verdad es que más que elementos arquitectónicos deberíamos hablar de paisajes, de espacios que se han perdido. Podríamos hablar de la antigua Plaza Mayor de la Villa, asomada a la Ría, en la zona del Puente de San Antón. Por otra parte, hay edificios como el Palacio Escauriaza, diseñado por el arquitecto Leonardo Rucabado en 1909, que fue considerado como uno de los edificios más lujosos y bellos del Bilbao de principios del siglo XX. Se localizaba en la zona del Sagrado Corazón y contaba con unos preciosos jardines y un velódromo. También la Fábrica de Tabacos de Santutxu.

ROBERTO: Del patrimonio artístico que no ha llegado hasta nuestros días yo destacaría fundamentalmente dos edificaciones conventuales. En primer lugar el convento de San Francisco, levantado a finales del siglo XV en Bilbao la Vieja, llegando a ser uno de los más destacables y hermosos de Bizkaia. En segundo lugar, estaría el convento de San Agustín, construido en el siglo XVI en el lugar donde se asienta actualmente el Ayuntamiento de Bilbao.

Catedral de Santiago.
Catedral de Santiago.

Y de los que se han conservado ¿Cuáles son los más importantes?

ROBERTO: De lo conservado, y por lo que respecta a mi parte, yo destacaría, en primer lugar, la Catedral de Santiago, edificio de bella factura gótica y el más antiguo en uso de nuestra villa; en segundo lugar la iglesia de San Antón, por su singular ubicación y por estar estrechamente relacionada con la identidad de Bilbao (conviene recordar su presencia en el escudo de la villa); y en tercer y último lugar, dos imágenes de gran devoción entre los bilbaínos: la talla gótica de la Virgen de Santa María de Begoña y el Cristo del Humilladero, situado en la parroquia de los Santos Juanes.

ANA ISABEL: El edificio de los Grandes Molinos Vascos, la Alhóndiga, hoy Azkuna Zentroa, muchos edificios de la Gran Vía, el Parque de Doña Casilda Iturrizar, el Museo de Bellas Artes, el Teatro Campos Elíseos, el Teatro Arriaga, el Hospital de Basurto, son muchos los elementos y espacios que hablan del Bilbao que les vio aparecer y del Bilbao actual.

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