LIBE MIMENZA CASTILLO
Eduard Estivill (Barcelona, 1948) es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona y especialista en Neurofisiología Clínica y Pediatría. Desde marzo de 1989 dirige la Clínica del Sueño Estivill y hace tres años le otorgaron el título de Especialista Europeo de Medicina del Sueño. Referente internacional en esta disciplina, es autor de diversas publicaciones en revistas científicas así como libros; entre ellos destaca la obra Duérmete, niño, del que se han vendido más de tres millones de ejemplares y se ha sido traducido a veintidós idiomas. El médico catalán impartió ayer, 16 de abril, una conferencia bajo el título Problemas del sueño: Innovación en el mercado de productos naturales en el salón de actos del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia.
Con el ejemplar «Niños descansados, niños felices» entre manos, actualización de «Duérmete, niño», preguntamos a Eduard Estivill sobre las claves mediante las que conseguir una convivencia agradable para toda la familia.
¿Cuáles son las señales de alarma que indican que nuestro hijo no duerme bien?
Cansancio, irritabilidad, mal humor, mal comportamiento; sobre todo a última hora del día, es decir, desde que llegan del colegio hasta que se van a la cama.
¿Qué pasa si nuestro hijo tiene el reloj del sueño descontrolado? ¿Puede aprender el hábito de dormir correctamente?
El sueño es un hábito y todos los hábitos se pueden aprender. No importa la edad, aunque cuanto antes se aprendan mejor se harán. Pero lo importante es que los hábitos no se aprenden solos. El hábito de dormir debe ser enseñado por los padres. Por esto, nuestros libros van dedicados a los padres. Si estos siguen los consejos que les sugerimos, el hábito se aprenderá rápidamente. Esto es lo que hemos hecho con los 3 millones de libros que hemos vendido del título Duérmete, niño, del cual ahora tenemos la versión actualizada y enseñamos a dormir a los bebés desde el primer día de vida.
El libro remarca la importancia de los hábitos para el descanso, ¿no hay más factores?
Los hábitos no solo implican rutinas, sino también actitudes. En el libro explicamos muy bien que estas actitudes han de ser cariño, amor, afectividad y comprensión. Es lo que el niño captará si hacemos las cosas bien.
¿Es posible que los niños interioricen esos hábitos?
¿Cómo aprende a conducir un adulto? Practicando y con un buen profesor; al cabo de un tiempo todos conducen. Lo mismo sucede con los niños.
¿Cuáles son las pautas generales de ese hábito?
Son las que explicamos en Duérmete, niño versión actualizada. Son elementos externos combinados con transmisión de afecto. Son las normas que también recomiendan la Asociación Americana de Sueño y la Academia Americana de Pediatría.
El día termina con la cena: ¿algunos alimentos pueden ayudarnos a conciliar un mejor descanso?
Los hidratos de carbono, ensaladas y verduras, junto con derivados lácteos son los más adecuados porque contienen triptófano, un precursor de la melatonina que induce al sueño.
¿Una rutina entre la cena y el momento de ir a dormir es básica? ¿Qué actividades pueden ayudar?
Es el momento de mayor transmisión de afecto que puede tener un niño. Cuando el papá o la mamá (los dos juntos si pueden), le cuentan cosas, le cantan una canción, juegan con él y le transmiten afecto y emociones. El niño es muy feliz en ese momento.
Puede ser que sometamos a nuestros hijos a una agenda llena de actividades que les induce al estrés… ¿Por qué no enseñamos a nuestros hijos a no hacer nada, a aburrirse?
Esto sería genial, pero el problema está en que nuestros hijos hacen muchas actividades porque nosotros, los padres, no tenemos tiempo para estar con ellos. Es la sociedad actual que nos lleva a este ritmo estresante con estos horarios inhumanos. Hay que luchar para cambiar los horarios y tener tiempo para “aburrirse” junto a los hijos.
Últimamente se está alertando mucho sobre la alteración que produce el uso de los móviles, las tablets, los videojuegos y ordenadores en el sueño. ¿Es verdad? ¿Qué nos ocurre?
No es tanto por la información que puede transmitir esta tecnología, sino por el efecto que la luz produce cuando llega a nuestro cerebro. Tan solo la luz de una tablet equivale a una bombilla de 100W; con lo que se anula la fabricación de melatonina, la sustancia que induce al sueño, tanto en niños como en adultos.
Terminemos haciendo referencia a los adultos: se calcula que medio millón de vascos tiene problemas para dormir y que cerca del 80% de los trastornos del sueño carecen de diagnóstico médico. Sin duda un problema extendido. ¿Las pautas mencionadas para la infancia solucionarán también los problemas de los adultos o hace falta algo más?
En los adultos, ademas de los malos hábitos hay mas de 40 causas que provocan dormir mal. Cómo tratarlas lo explicamos en nuestro libro Que no te quiten el sueño.