Redacción. Sin pasar el calor de los pregoneros y txupineras de antaño, con más libertad de movimientos y más comodidad. Así vestirán este año Gurutze Beitia y Oihana Pascual, la pregonera y la txupinera, en Aste Nagusia, con los tradicionales trajes que, como cada año, se encarga de elaborar la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Bilbao.
Los trajes, confeccionados con las telas del comercio Rafael Matías, han evolucionado durante los últimos años hacia la comodidad, hasta el punto que se ha pasado de una confección de fieltro pesado y caluroso a una elaboración con lanas frías, tejidos técnicos y más naturales que permite a los personajes protagonistas de las fiestas participar en los actos con desahogo.
De hecho, los trajes se hacen a medida de cada pregonero y txupinera, de modo que cada año se confeccionan unos nuevos. Así, en las últimas semanas, se han tomado las medidas de ambos para que los trajes les sienten a la perfección.
Con la experiencia de pregoneros y txupineras anteriores, la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Bilbao, junto a Rafael Matías, ha ido adaptando los trajes –siempre respetando los modelos originales– a los nuevos tiempos. “Al principio eran trajes de fieltro y el pregonero y la txupinera lo pasaban mal: mucho calor, eran pesados, incómodos…”, relatan responsables del colectivo de comerciantes bilbaíno.
De ahí que los especialistas del comercio especializado en telas del Casco Viejo vieran la necesidad de ‘refrescar’ los trajes, dada la cantidad de actos en los que participan el pregonero y la txupinera. “La exigencia de los actos de Aste Nagusia nos dijo que los trajes tenían que ser más llevables y soportables”, explican.
Los trajes de pregonero y txupinera determinan dos figuras protagonistas de las fiestas bilbaínas desde hace años. Así, la figura de txupinera, que viste con chaqueta y txapela roja, proviene de una antigua funcionaria municipal que era la encargada de anunciar los bandos del Ayuntamiento. El traje de pregonero procede del dicho popular ‘chaqueta amarilla, a cuenta de la Villa’, ya que los antiguos barrenderos portaban una chaqueta que amarilleaba con el tiempo.
Los trajes también simbolizan el fin de las dispuestas entre carlistas y liberales en Bilbao: el rojo de los carlistas que asediaron la ciudad en el siglo XIX se une al bicornio de las milicias liberales que defendieron la villa. De esta forma se pretende decir que en Bilbao, y menos en fiestas, no hay bandos, sino que todos los bilbaínos conviven en armonía para disfrutar de la Aste Nagusia.
