Redacción. El telescopio Hubble ha localizado la estrella individual más lejana que se haya descubierto. Bautizada Ícaro por el personaje mitológico griego, la estrella oficialmente se llama MACS J1149+2223 Lensed Star1, y está localizada en una galaxia espiral tan distante, que su luz ha tardado nueve mil millones de años en llegar a la Tierra, de lo que se deduce que surgió cuando el universo tenía aproximadamente el 30 por ciento de su edad actual.
Normalmente hubiera sido imposible apreciar este fenómeno, incluso con los telescopios más grandes del mundo, pero gracias a lentes gravitacionales, que ha permitido amplificar enormemente el débil brillo de la estrella, los astrónomos que utilizan el Telescopio Espacial Hubble de la NASA han podido localizarla y establecer un nuevo récord de distancia. Asimismo, la identificación de Ícaro ha permitido descartar una de las teorías sobre la materia oscura.
Detectar la amplificación de una única estrella de fondo puntual proporciona una oportunidad única para probar la naturaleza de la materia oscura. La materia oscura es un material invisible que compone la mayor parte de la masa del universo. Los resultados de esta investigación rechazan la teoría de que la materia oscura está formada por una gran cantidad de agujeros negros creados en el nacimiento del universo, ya que las fluctuaciones leves de las estrellas de fondo, monitorizadas con Hubble durante trece años, se verían diferentes si hubiera un enjambre de agujeros negros intermedios. Cuando se ponga en órbita el Telescopio Espacial James Webb de la NASA, los astrónomos esperan encontrar muchas más estrellas como Ícaro. La extraordinaria sensibilidad de Webb permitirá una medición más detallada, incluso en el caso de que las estrellas distantes estén girando.
El descubrimiento de Ícaro a través de lentes gravitacionales abre un nuevo camino para que los astrónomos estudien estrellas individuales en galaxias distantes. Thomas Broadhurst, investigador en la UPV/EHU es un experto mundial en el campo de las lentes gravitacionales, método que proporciona una mirada excepcional y detallada de cómo evolucionan las estrellas, especialmente las estrellas más luminosas. «Esta es la primera vez que vemos una estrella individual magnificada», explicó el líder del estudio, Patrick Kelly, de la Universidad de Minnesota, Twin Cities. «Puedes ver galaxias individuales, pero esta estrella está al menos cien veces más lejos que la siguiente estrella individual que podemos estudiar, excepto en los casos de explosiones de supernovas».
El equipo de investigadores habían estado utilizando el Hubble para monitorizar una supernova en la lejana galaxia espiral cuando, en 2016, detectaron un nuevo punto de luz no lejos de la supernova magnificada. Sabían que no se trataba de otra supernova porque no se calentaba, no explotaba. La luz simplemente llegaba porque estaba magnificada. Cuando analizaron los colores de la luz que provenía de este objeto, descubrieron que era una estrella supergigante azul. Este tipo de estrellas es mucho más grande, más masivo, más caliente y posiblemente cientos de miles de veces más brillante que nuestro Sol, pero a esta distancia, todavía estaba demasiado lejos para ser vista sin ser observada a través de lentes gravitacionales.