GAIZKA ESPARZA
Mercedes Herrera es profesora titular de Botánica de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y conservadora del Herbario BIO. Su investigación se centra en los factores ecológicos que regulan la invasión de plantas alóctonas y en el impacto en los ecosistemas. También participa en el estudio de la vegetación del centro-norte de la Península Ibérica y en proyectos de conservación de flora y hábitats amenazados. Además es coautora de varios libros sobre flora alóctona invasora en Bizkaia y en la CAPV.
Como experta en el tema estará esta tarde, ha impartido una charla en la Ekoetxea de la calle Pelota del Casco Viejo de Bilbao. La concienciación es clave para combatir la expansión de especies que afectan a zonas sensibles como las orillas de ríos, playas, estuarios, marismas y espacios naturales protegidos, como la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Se sabe cuántas plantas procedentes de otros territorios crecen en Euskadi a día de hoy?
Sí, según los últimos datos de la Tesis Doctoral de Juan Antonio Campos (2010), en la Comunidad Autónoma del País Vasco hay 457 plantas alóctonas (exóticas o no nativas). Su presencia aquí se debe a la introducción accidental o intencionada derivada de la actividad humana, o han podido llegar de otras áreas donde también son alóctonas.
Imagino que no todas ellas suponen un riesgo para la biodiversidad. ¿Cuáles son las más peligrosas?
La mayoría, unas 250, son especies llamadas casuales. Estas pueden florecer e incluso reproducirse fuera de cultivo pero no forman poblaciones perdurables. Un ejemplo sería el girasol (Helianthus annuus), que vemos a veces creciendo en cunetas o el aloe vera, que podemos encontrar en algún acantilado. Las más peligrosas son las invasoras y en particular, las llamadas “transformadoras” que son aquellas que producen claros impactos en los ecosistemas en un área significativa en relación con la extensión de ese ecosistema. La hierba de la pampa o plumero (Cortaderia selloana) sería una planta invasora transformadora. En el País Vasco hay 21 plantas de esta categoría.
¿Cuál ha sido el modo de introducción de estas especies?
La mayoría (42%), procede del continente americano y se han introducido de forma accidental (comercio internacional, vías de comunicación, piensos, alpistes, etc.). Otras se han introducido como especies de uso ornamental y el resto han sido usadas para diversos fines (forestal, alimenticio, etc.).
¿Cuáles son sus principales efectos en nuestros ecosistemas?
Los mayores efectos son sobre la diversidad de la flora nativa y sobre la estructura y diversidad de la vegetación natural invadida, originándose en ocasiones comunidades dominadas por una, o unas pocas especies invasoras bien adaptadas a ese hábitat. Es el caso por ejemplo del bambú japonés (Fallopia japonica) que invade zonas riparias (áreas donde existen comunidades biológicas a lo largo de ríos y arroyos), desplazando por completo a las especies autóctonas. Algunas como Baccharis halimifolia pueden incluso provocar alteraciones en la sedimentación de la marisma que invaden. Posibles impactos sobre la fauna de la mayoría de las plantas invasoras están aún sin estudiar.
En Bizkaia hay 26 localidades con un nivel de invasión alto o muy alto, siendo Barakaldo y Bilbao los más afectados. Se trata de municipios donde se da una mayor densidad de habitantes y de infraestructuras viarias. Explícanos esta relación.
La CAPV es un territorio con una alta densidad demográfica y con mucha industria especialmente en la costa y en los tramos bajos de los ríos, coincidiendo con las zonas de clima más benigno. Esto, unido a la gran cantidad de infraestructuras viarias, proporciona una gran disponibilidad de hábitats profundamente alterados o incluso artificiales que favorecen la expansión y el establecimiento de especies vegetales de origen exótico.
Pero esta expansión afecta también a zonas especialmente sensibles como la biosfera de Urdaibai. ¿Qué se está haciendo en estas zonas para mitigar sus daños?
En la Reserva de la Biosfera de Urdaibai crece una planta procedente de Norteamérica, la chilca (Baccharis halimifolia) que ha invadido gran parte de la marisma alta en los últimos 30 años. Un proyecto europeo, LIFE+ Estuarios ha sido desarrollado por el Gobierno Vasco e Ihobe, entre 2010-2014 en tres estuarios: Txingudi, Lea y Urdaibai donde se ha actuado sobre más de 700 Ha (570.000 ejemplares adultos tratados con herbicida y 5 millones de plántulas, eliminadas a mano). La chilca amenaza gravemente a las comunidades vegetales del Hábitat 1330 “Pastizales Salinos Atlánticos”, un hábitat protegido por la Directiva Hábitat 92/43/EEC. Este tipo de hábitat ocupa en Europa una superficie de unas 89.938 hectáreas, la mitad de las cuales ya están afectadas por la presencia de la chilca. Es importante evitar la llegada de esta especie a Galicia, aún no afectada por esta planta invasora.
Se trata de un fenómeno que está creciendo aceleradamente en los últimos 10 años. ¿A qué se debe este crecimiento?
Las invasiones vegetales usualmente comienzan con la colonización de hábitats perturbados, climáticamente favorables, generalmente asociados a la actividad humana. Después de un tiempo, las poblaciones de muchas plantas invasoras adquieren el potencial para expandirse en los hábitats menos perturbados, naturales o semi-naturales. La proliferación de infraestructuras viarias, la creciente urbanización, el auge del turismo, los grandes volúmenes de comercio han acelerado enormemente los procesos de invasión y muchos autores vaticinan que los cambios atmosféricos y climáticos agravarán esta situación en el futuro.
¿Qué medidas se deben adoptar para reducir la presencia de estas plantas?
La más importante es la prevención. Existe un Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras de reciente aprobación que establece para las especies incluidas en dicho Catálogo, “la prohibición genérica de posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos o muertos, de sus restos o propágulos, incluyendo el comercio exterior “. Sería conveniente revisar y adaptar este Catálogo al ámbito territorial de la Comunidad Autónoma Vasca, determinando las prohibiciones y actuaciones suplementarias que se consideren necesarias para la gestión. Es importante además que las actuaciones de control y eliminación de plantas invasoras se prolonguen en el tiempo hasta conseguir los objetivos. La coordinación entre instituciones que llevan la gestión del medio natural es, por otra parte, fundamental.
Al margen de lo que puedan hacer las instituciones, a título personal, ¿cómo podemos ayudar?
Hay que tener mucho cuidado con el uso en jardinería de especies ya catalogadas como invasoras y con el manejo de los restos de limpieza de malas hierbas y poda. Muchas especies invasoras son capaces de desarrollar nuevos individuos a partir de pequeñas porciones de la planta. En el caso del País Vasco, se pueden consultar las listas de plantas alóctonas y sus categorías en la “Diagnosis de la flora alóctona invasora de la CAPV” (Campos & Herrera, 2009), disponible en internet, ya que no todas las especies invasoras que causan problemas aquí, en el medio natural, están recogidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. La concienciación ciudadana a través de la divulgación y la educación es fundamental: conocer el problema y además participar en actividades de voluntariado o aportando datos de localización de especies invasoras.