Asunción Gómez Pérez: “Las máquinas ya son inteligentes, pero no tanto como el conjunto de los seres humanos”

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LIBE MIMENZA CASTILLO

Asunción Gómez Pérez (Azuaga-Badajoz, 1967) visitó Bilbao a principios de mes con motivo del galardón Ada Byron que le otorgó la Universidad de Deusto distinguiéndola, por su extensa trayectoria, como la mujer tecnóloga del año 2015.

Su recorrido profesional lo definen el carácter de investigación, innovación, liderazgo, interdisciplinaridad e internacionalización. Además, como mujer ha intentado a lo largo de los años defender que “se deben crear instrumentos que permitan a las mujeres, especialmente a las mujeres jóvenes, seguir activas y seguir en primera línea”. La extremeña, doctora en informática, pelea en la primera línea desde hace mucho: en el año 1995 crea el grupo de investigación Ontology Engineering Group, el cual consta de 30 investigadores, y en 2007 es Catedrática de Universidad en el área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial en la Universidad Politécnica de Madrid, y desde entonces, sigue rompiendo barreras; como mujer, y como científica.

¡Felicidades por el Premio Ada Byron! ¿Qué ha supuesto recibir el premio que concede la Universidad de Deusto a la mujer tecnóloga?

Es un verdadero honor el haber recibido este premio. Es un reconocimiento a más de veinte años de una carrera investigadora y profesional intensa. El premio no es solamente a título individual, sino también es de todos los integrantes del grupo que dirijo en la universidad Politécnica de Madrid, y de mi familia. Supone una satisfacción muy grande para todos.

Tu trayectoria profesional y personal, sin duda, pone en valor el papel de la mujer en el campo de la tecnología. ¿Cuál es tu mensaje para esta sociedad dominada por los hombres?

Tenemos que luchar por darle valor a la mujer en el campo tecnológico desde una perspectiva de complementariedad; es decir, las mujeres a fecha de hoy estamos igual de formadas que los hombres, y sin embargo, son pocas las mujeres que llegan a tomar decisiones en el plano tecnológico, en empresas de base tecnológica y también en la universidad. Es frecuente ver que en reuniones y tribunales los hombres cambian, pero las mujeres somos casi siempre las mismas. Las mujeres aportan temas y visiones complementarios en todo tipo de reuniones, pero tenemos que ser más y no siempre las mismas.

Ocurre que la tecnología avanza muy rápido y los cambios tecnológicos discurren en periodos muy cortos de tiempo; creo que se deben crear instrumentos que permitan a las mujeres, especialmente a las mujeres jóvenes, seguir activas y seguir en primera línea.

¿Ese es el mensaje para las mujeres que están al inicio de su carrera?

Las mujeres jóvenes, en primer lugar, tienen que elegir una carrera tecnológica en la cual ellas disfruten. En la carrera tecnológica es muy importante tener ilusión por lo que se hace, también ser constante en el desempeño y saber conjugar el corto, el medio y el largo plazo. Es importante identificar al menos un objetivo, la meta que se desea conseguir. A su vez, las mujeres jóvenes deben saber que tendrán que trabajar mucho, ser muy constantes y organizadas.

Eres experta en el campo de la Inteligencia Artificial y afirmas que para que una máquina sea inteligente debe tener conocimiento del mundo real al igual que tienen los humanos, por ello, desarrollas modelos que permitan a una máquina tener una conducta inteligente; es decir, Inteligencia Artificial. Pero, ¿qué aporta la IA a la sociedad?

La Inteligencia Artificial es una realidad en muchos de los programas que utilizamos en nuestro día a día. Por ejemplo, cuando estamos viendo un partido de tenis, las técnicas del ojo de halcón utilizan técnicas de análisis de imagen, cuando traducimos textos en diferentes idiomas, o cuando los sistemas de procesamiento del lenguaje extraen páginas web de forma automática, en todos ellos, se usa. En las redes sociales, se está utilizando la inteligencia artificial para extraer los sentimientos que la gente escribe dentro de los tuits, y así conocer por ejemplo los hábitos de conducta, enviar publicidad personalizada o conocer dónde estamos, o dónde no. Además, también se utiliza para conocer los perfiles de la red de amigos que tenemos. También existen los sistemas de pregunta-respuesta, como IBM-Watson que ganó el concurso Jeopardy, y por supuesto la robótica, que es el tema preferido de inteligencia artificial en muchas películas y en muchos libros.

Entonces, ¿podemos afirmar que ya hemos conseguido que las máquinas sean inteligentes?

Sí, realmente las máquinas son parcialmente inteligentes; tenemos procesos y sistemas que ya demuestran ciertos grados de inteligencia avanzada, similar al que realiza el ser humano. Pero, no tenemos tampoco máquinas tan inteligentes como el conjunto de todos los seres humanos.

Siempre que sale el tema de la Inteligencia Artificial, alguien aporta alguna referencia cinematográfica o literaria en el que las máquinas o los robots controlan la humanidad. ¿Es esta visión apocalíptica pura ignorancia, es una vía para canalizar la crítica o tiene, en su defecto, algún fundamento científico?

Yo creo que tiene a lo mejor un poquito de todo. La parte literaria y cinematográfica, evidentemente, tiene una versión importante de marketing. Paralelamente, echar a volar la imaginación en una película o en un libro, puede dar nuevas ideas de temas a explorar y en los cuales aplicar la inteligencia artificial.

En los sistemas de información, por ejemplo, en las búsquedas de Internet, las ontologías nos permiten normalizar la terminología y poder entendernos mejor. De esta forma, ¿será posible, en un futuro, superar las barreras lingüísticas?

Las ontologías permiten normalizar esa terminología, y en consecuencia, que las personas se entiendan mejor porque permiten crear modelos consensuados. Por otro lado, también las ontologías facilitan la comunicación hombre-máquina. Pero tampoco debemos olvidar que las ontologías están diseñadas para que las máquinas hablen entre ellas, e intercambien datos entre ellas.
Además, al mismo tiempo, las ontologías también se pueden expresar en diferentes idiomas; en ese sentido sí van a permitir reducir las barreras lingüísticas porque esos modelos se pueden expresar no solamente en español, sino también en euskera, en catalán, en gallego, en inglés y en otros idiomas.

Entonces, ¿ya tenemos una vía palpable para que en el futuro nos podamos entender sin barreras lingüísticas desde cualquier punto del planeta entre nosotros?

Sí, existe un camino. La tecnología está avanzando en este sentido, proporcionando las ontologías y los recursos lingüísticos en diferentes idiomas.

Recién se empieza a escuchar en la calle sobre la web semántica, pero tú llevas años trabajándola: ¿qué es y de qué manera nos afecta(rá)?

Yo llevo trabajando en temas de ontologías y web semántica desde el año 1995, después de haber hecho una estancia postdoctoral en la Universidad de Stanford. ¿De qué manera nos afectan las ontologías? De muchas formas. En primer lugar, las ontologías nos permiten crear esos vocabularios consensuados en un determinado dominio. En segundo lugar, nos permiten expresar en diferentes idiomas ciertos conocimientos y así superar esas barreras lingüísticas, y lo más importante: las ontologías permiten y facilitan la comunicación ordenador-ordenador.

¿Esto qué quiere decir?

Que vamos a poder intercambiar datos que están en diferentes sistemas porque esos sistemas comparten una determinada ontología. Esto va a hacer que los ordenadores se entiendan entre ellos, superando las barreras lingüísticas. Es decir, si un ordenador habla de “paciente”, otro ordenador habla de “enfermo”, o otro ordenador habla de “gaixoa”… podríamos intercambiar datos porque sabríamos que “paciente”, “enfermo” y “gaixoa” podrían ser sinónimos en diferentes idiomas.

Por otro lado, la web semántica transforma los contenidos que aparecen en la web a otro formato y ése es un formato nuevo que está diseñado para las máquinas, no para los humanos. La web está diseñada para nosotros a través de las páginas que vemos, leemos y en las que buscamos; pero la transformación de esa web a la web semántica implica transformar esos contenidos a un lenguaje que las máquinas entiendan. Al tener esa información en un formato diferente, las máquinas lo pueden procesar más fácilmente que el lenguaje natural.

¿Ese procesamiento facilitado para las máquinas nos ayudaría también a nosotros a la hora de precisar más las búsquedas que hacemos, etc., no?

Claro, ahorraríamos muchísimo tiempo en todas las búsquedas. Por ejemplo, si queremos hacer análisis de tuits, utilizando ontologías se pueden analizar los tuits que escriben las personas y poder establecer sus conductas, sus tendencias, sus sentimientos, las marcas que prefieren… hay un potencial ahí enorme a explorar.

¿Cómo se acercan las tecnologías a la sociedad? ¿Cómo se refleja vuestra labor en un proyecto concreto, por ejemplo, en el nuevo portal de la Biblioteca Nacional de España?

Principalmente, los proyectos que se acercan a la sociedad son aquellas tecnologías que ya están más maduras y más estables. Por ejemplo, en el trabajo que hemos realizado para la Biblioteca Nacional, el nuevo portal permite nuevas formas de acceso a los catálogos y a los documentos de la biblioteca utilizando tecnologías semánticas. Mediante esta web, la ciudadanía puede consultar todo el material; pueden ver los fondos bibliográficos de una forma mucho más asequible, mucho más fácil e intuitiva; y no a través de websites o portales que están especializados solamente para bibliotecarios.

Por lo tanto, hoy en día, todos los libros, los autores, etc. de la Biblioteca Nacional están accesibles en un nuevo portal, y eso se ha hecho gracias a los datos enlazados, con semántica, con ontologías… en definitiva, con inteligencia artificial.

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¿Estáis trabajando en algún otro proyecto?

Estamos realizando proyectos sobre temas de vigilancia tecnológica que tratan de averiguar analizando páginas web hacia dónde avanza el mercado o una determinada tecnología; estamos trabajando en proyectos de apertura de datos con ayuntamientos, universidades y con datos del sector público; trabajamos con lingüistas para agregar información de diccionarios en diferentes idiomas y enlazarlos con otras fuentes; trabajamos en proyectos que requieren anotación de textos en diferentes dominios e idiomas para navegar a través de las anotaciones; enlazamos datos procedentes de sensores en smart cities; etc.

Bajo el slogan “investigar para innovar e innovar para investigar” diriges el Ontology Engineering Group (OEG): competitividad, multidisciplinariedad, interculturalidad, visibilidad internacional y relaciones con el tejido empresarial, ¿esa debe de ser la apuesta de la investigación?

Yo creo firmemente en ello y toda mi carrera profesional ha estado dirigida por todas estas dimensiones. Aglutinar todas estas dimensiones, a veces, no es tarea fácil, y requiere muchos recursos humanos y materiales. Es importante crear y mantener estructuras de investigación e innovación competitivas que combinen personas que están formándose -haciendo por ejemplo su doctorado- con investigadores que son más seniors, con profesores y gestores. La investigación multidisciplinar es mucho más aplicada, y nosotros investigamos e innovamos en ontologías y datos enlazados aplicados a diferentes dominios. El que el grupo tenga investigadores de otros países y de otras nacionalidades nos enriquece y nos complementa.

¿No es tarea fácil por razones humanas o económicas? ¿Cómo se sustenta esto?

En un grupo como el grupo de Ingeniería Ontológica, donde están trabajando 30 personas, conjugar estos aspectos es un reto. El grupo de investigación trabaja en numerosos proyectos financiados por la Unión Europea, por el Plan Nacional y con financiación privada. A través de proyectos europeos obtenemos mayor impacto investigador y visibilidad internacional; sin embargo, mediante los proyectos con empresas, obtenemos mayor impacto en innovación. La investigación, por otro lado, no tiene que estar en un cajón, tiene que ser visible, tiene que transferirse a la sociedad. Además, la relación con el tejido empresarial también es crucial para llevar al mercado todos los resultados maduros, y que el mercado nos identifique las limitaciones o los problemas que tienen a la hora de aplicar estas tecnologías. Este ciclo da lugar a nuevos problemas de investigación.

Todo esto necesitará también una apuesta económica del estado. ¿La investigación sufre hoy en día los recortes de la crisis?

Sí, la investigación sufre actualmente, como todo, los recortes de la crisis. En un grupo de investigación hay profesores, pero en él también trabaja personal contratado como ocurre en nuestro caso.

Nosotros hemos conseguido conjugar fondos procedentes de la comunidad europea; recientemente hemos recibido la ayuda del Horizonte 2020, y lo conjugamos con proyectos que proceden del plan nacional y también con proyectos privados de diversas empresas. De esta forma, mantenemos tamaño y somos competitivos en los resultados de la investigación. Nuestra apuesta es combinar proyectos de investigación con proyectos de transferencia.

¿Crees que se debería de apostar firmemente por la investigación?

Sí, claro que creo que se debe apostar firmemente por la investigación. Un país que no apueste por la investigación, no le queda más remedio que comprarla o importarla; y eso es mucho más caro que invertir en ella.

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